Artículo de opinión.
No todas las pérdidas de audición son iguales, y por tanto, cada una requiere de un tratamiento diferente.
La más frecuente es la causada por el envejecimiento, siendo un fenómeno biológico que afecta a todas las personas, pero que será más severo cuanto más precoz sea su inicio. Aquí, la solución, radica en los audífonos.
La pérdida de audición, es un problema importante de salud al que no se le suele prestar la atención que merece. Por eso, es importante conocer todas las soluciones auditivas que hay en el mercado, como son los audífonos, los PSAs o asistentes personales de sonido… que se adaptan a todas las necesidades.
En general, la pérdida de audición es un proceso lento que lo perciben antes las personas que están alrededor del afectado, que el propio afectado.
Cuando nos referimos a que es un problema de salud, no nos referimos únicamente a un problema físico, sino también social y emocional, pues está comprobado, que las personas con pérdida de oído que no utilizan audífonos, tienen más problemas para relacionarse con los demás, y poco a poco, van aislándose de su entorno social, con las consecuencias que ésto conlleva: soledad, tristeza, irritabilidad, ansiedad…en definitiva, peor calidad de vida.
Debido a que cada vez la esperanza de vida va en aumento, el uso de audífonos se convierte en una solución para gran parte de la población geriátrica e incluso para gente mucho más joven. No todos son iguales, pero sí tienen algo en común y es que al principio, el afectado, tiene que entender que es como aprender a escuchar de nuevo.
Los audífonos, no son como las gafas que mejoran inmediatamente la vista sin necesidad de adaptación. En el caso que nos ocupa, la persona con pérdida de audición tiene que tener claro que hay un proceso de varios meses de adaptación, en los que su oido tendrá que acostumbrase a las nuevas frecuencias, pero una vez superado este periodo,las ventajas van a superar con creces el esfuerzo de adaptación, mejorando la calidad de vida.