Artículo de opinión.
La discapacidad auditiva entre la población anciana y no tan anciana, tiene una gran prevalencia.
Esta discapacidad auditiva tiene una repercusión muy importante para su salud y vida social del afectado y, por tanto, debería ser tratada de forma efectiva con audífonos.
modernos. Sin embargo, nos encontramos con un gran porcentaje de afectados, que por unos motivos u otros, se niegan a admmitir su dolencia o a utilizar soluciones auditivas como los audífonos o PSAs.
¿Cuáles son los motivos de esta reticencia?
Uno de los principales, es que muchos individuos afectados por una discapacidad auditiva, tienen dificultades para darse cuenta de que necesitan usar audífonos. En este punto, los familiares o amigos deben hacerle ver que están notando cosas en él como, por ejemplo, que necesita subir mucho el volumen de la televisión, que necesita que le repitan varias veces las cosas, que hablar por teléfono con él resulta complicado…..porque aunque el afectado se haya podido dar cuenta quizás no quiera admitirlo.
Otro de los motivos por los que la persona con discapacidad auditiva no quiera usar audífonos, es porque siente que ya es viejo o le van a ver viejo los demás. Lo que ignoran estas personas es que realmente lo que les hace parecer ancianos es tener que repetirle constantemente las cosas, los malentendidos durante las conversaciones y también el aislamiento social y familiar que este problema lleva asociado.
Por último pero no menos importantes hay otros motivos como que los audífonos, hasta ahora, eran muy aparatosos, poco estéticos, no parecían ajustarse a las necesidades auditivas del cliente y siguen siendo excesivamente costosos. Hoy en día, ese problema está resuelto con el uso de la última tecnología, diseños discretos y actuales, y la aparición de los PSAs que son una solución auditiva que no necesita ni ajustes ni supervisiones constantes, siendo su precio mucho más asequible que el de los audífonos que se han utilizado toda la vida.
En el mundo hay 360 millones de personas que sufren discapacidad auditiva severa y moderada, causada por varias razones, como propensión genética, complicaciones al nacer, tras sufrir rubeola o meningitis, o por haber tomado de forma inadecuada algunos medicamentos. Pero la gran mayoría de estas deficiencias están causadas por una exposición excesiva al ruido, como por ejemplo en las discotecas, el sonido del tráfico en las ciudades, cortadoras de césped, el secador de pelo…
Hay que evitar ante todo exponerse a todos estos ruidos pero si es inevitable o ya tiene el problema, no dude en utilizar audífonos o PSAs, sin complejos ni dudas, pues al contrario de lo que piensa, le hará llevar una vida mucho más activa, sociable y juvenil.