
Artículo de opinión.
Mucho antes de que existieran los audífonos, el ser humano buscó en la naturaleza soluciones para poder oír mejor, como los cuernos de animales o caracolas marinas. Incluso ha usado plantas tropicales como amplificadores del sonido, puestas en forma de embudo en las orejas (costumbre que aún hoy puede observarse en muchas tribus de la selva amazónica cuando efectúan la caza de animales). Alrededor del siglo XVI empezó a usarse una trompetilla acústica, que con el tiempo llevó a Renne Laënnec en 1916 a inventar el estetóscopo.
La invención de los actuales audífonos parte de dos importantes logros. En primer lugar, Graham Bell – cuya madre y esposa eran sordas- inventó un dispositivo electromagnético capaz de convertir los impulsos eléctricos en sonidos. Diez años más tarde, en 1886, Edison inventó el micrófono de gránulos de carbón. El sistema de Edison permitía entender mucho mejor las palabras, y a una distancia mucho mayor que antes.
Alrededor de 1900, una firma americana patentó los primeros audífonos eléctricos, tan grandes que debían colocarse encima de una mesa y con una batería de escasa duración (no llegaba ni a las dos horas).
Durante el siglo XX la evolución de los audífonos tuvo los objetivos bien definidos: la disminución de su tamaño, el aumento de la ampliación del sonido y el bajo consumo de energía.
El año 1948 fue clave en la historia de los audífonos gracias a la invención del transistor. Hasta ese momento, estos dispositivos, contaban con amplificadores basados en válvulas, presentando grandes problemas debido a su tamaño, consumo de energía y fragilidad. Fue en aquellos años cuando se incorporó por primera vez un transistor a un audífono. En 1954 se introdujo el primer audífono que se colocaba “al nivel de la cabeza del usuario”. No se trataba de un retroauricular, sino de lo que conocemos como audigafa, es decir, la introducción del audífono en las patillas de un par de gafas. En un principio, este tipo de audífonos fue muy difundido, pero con la reducción de tamaño de los componentes, aparecieron los retroauriculares, vigentes hasta la actualidad.
Hoy en día el más prometedor adelanto tecnológico son los audífonos digitales. Sin duda, este avance abre un horizonte de posibilidades completamente nuevo para la corrección auditiva y, seguramente, vaya a proporcionar mayores y mejores soluciones a las personas hipoacúsicas.